NERVADURA - Q GALERIA

Inauguración: jueves 10 de noviembre,19h00
Lugar: Q Galería (Paseo San francisco, Subsuelo 2, Cumbaya)
Horarios: lunes a jueves de 10h00 a 13h00 / 15h00 a 18h00 – sábados 10h00 a 14h00

*La muestra permanecerá abierta hasta el 30 de noviembre.

Q Galería tiene el gusto de presentar la exposición NERVADURA, de las artistas Ibón Jácome y Dayana Garrido, esta muestra es el resultado del trabajo realizado por las artistas en el marco de la residencia Biótico, una iniciativa de la carrera de Artes Visuales de la Universidad San Francisco de Quito realizada en la estación la Estación de Biodiversidad de la misma universidad ubicada en el río Tiputini, en plena Amazonía ecuatoriana.

Sobre la residencia Biótico

La realización de una residencia artística en un espacio tan extraordinario no deja de ser característica. Lugar que ha promovido los más diversos imaginarios culturales, la selva es un emplazamiento que recibe múltiples lecturas y por consiguiente ha sido fruto de las más diversas interacciones. En Ecuador, la Amazonía representa un legado cultural ancestral, sostiene una inagotable fuente de biodiversidad, pero también ha sufrido una extracción de sus recursos que puede ser entendida, desde la complejidad de las realidades geopolíticas, como una agresión a este patrimonio.

La experiencia de llevar artistas a este lugar es totalmente novedosa y desde la carrera de Artes Visuales se lanzó esta convocatoria para ver qué podía resultar de tan singular intersección. Las artistas fueron las seleccionadas para residir en la estación durante una semana durante el mes de julio de 2022 y desarrollar su trabajo.

Habitar desde lo artístico una estación científica, fue una especie de anomalía que facilitó una serie de acciones y metodologías que marcaron el carácter de un proceso que deriva en esta exposición.

Sobre la muestra

La presencia humana en territorios tan hostiles tiene casi siempre una actitud de dominio antropocéntrico, sea para explotar sus recursos naturales con fines económicos o con la idea de conocerla desde el punto de vista de la ciencia. Lejos de esto, la presencia de las artistas y su quehacer diario, planteó una adaptación y contraposición de las dinámicas y metodologías artísticas a las científicas. Los recursos de la estación, tanto humanos como técnicos, su dinámica y los condicionantes del medio natural promovieron un método de trabajo que derivó no solo en el intento de supervivencia del acto artístico, tan deslocalizado, sino en una dinámica de cuidado entre las artistas, un desarrollo de estrategias colaborativas y un aprovechamiento del entorno que derivó en el conocimiento de éste y una simbiosis desde el respeto y la exploración.

Las metodologías de trabajo que surgieron fueron de lo más heterogéneas. En un principio se planteó la búsqueda de materiales autóctonos susceptibles de ser utilizados en la producción de obra de forma sostenible y respetuosa con las restricciones que un espacio natural protegido tiene. Por otro lado, la deriva organizada a partir de caminatas guiadas adquirió un tinte performativo donde ambas artistas desarrollaron técnicas diversas que van desde la experimentación con pigmentos, el registro fotográfico, la recolección y el diario de campo. Encontraron una forma de llevarse la selva sin tener que extraer nada material de ella. El frotage como técnica de estampado esencial basado en el carácter indicial de las muestras, se desarrolló como un ritual que marcaba un alto en el camino y establecía una relación con el entorno desde otro campo del conocimiento: las artes. El proceso posterior consistía en poner en común las investigaciones de campo al finalizar el día. Los diarios y la recolección de objetos, plantas y vivencias configuraron un espacio común que acercó la labor creativa de ambas artistas. La forma en la que los afectos surgidos crearon un espacio seguro y productivo, se traduce en las obras conjuntas de esta muestra. El producto final es fruto de esa convivencia y muestra del aprendizaje. Nervadura es la consecuencia de este proceso que no terminó en la residencia, sino que marcó una reflexión posterior que ahora mismo se puede ver en la Galería Q, de la Universidad San Francisco de Quito.

Marcelino García Sedano
Curador de la muestra